Entrevista con Mª José Gálvez, Vicepresidenta de Spainsif y ex-Directora de Sostenibilidad de Bankia
Esta es una entrevista con María José Gálvez Cardona, Vicepresidenta de Spainsif y ex-Directora de Sostenibilidad de Bankia.
Los bancos y los inversores tienen un papel crucial en la estrategia de financiación sostenible de la UE. En gran medida, su creciente demanda de datos ASG (ambiental, social y de gobierno corporativo) es lo que ahora impulsa en las empresas, el cambio hacia la sostenibilidad. ¿Qué información sobre sostenibilidad necesitan los bancos para evaluar las solicitudes de crédito? ¿Qué dificultades tienen las PYME para informar sobre cuestiones de sostenibilidad? Frank Bold preguntó a María José Gálvez Cardona, Vicepresidenta de Spansif y ex-Directora de Sostenibilidad de Bankia, grupo financiero líder en banca minorista en España. Esta entrevista ha sido publicada en su original en inglés por Frank Bold en el marco de la Alianza para la Transparencia Corporativa (ACT).
Según su experiencia, ¿cuáles son los puntos fuertes y débiles de la actual Directiva sobre información no financiera de la UE y qué mejoras observa en la nueva Directiva sobre información de sostenibilidad de las empresas (CSRD)?
La Directiva sobre información no financiera (NFRD) fue un buen comienzo para armonizar los criterios ASG que una organización debe tener en cuenta para gestionar e informar a las diferentes partes interesadas. Uno de los puntos débiles es la diferente interpretación de la ley en los distintos países. Además, la NFRD no solicita un estándar para comunicar los criterios ASG, por lo que la comparación de las diferentes empresas es difícil. Cada organización mide los criterios y KPI que quiere.
El aspecto más importante de la nueva CSRD es que promueve un estándar para que las diferentes partes interesadas puedan tener información clara y comparable, que permita tomar buenas decisiones de inversión. Los desarrollos internacionales deberían seguir el ejemplo de la UE para garantizar la competitividad global.
«Las normas de sostenibilidad son necesarias para garantizar la comparabilidad y la competencia leal, pero también lo es el compromiso genuino de las principales partes interesadas con la sostenibilidad»
¿Qué aspectos clave de la sostenibilidad son necesarios para evaluar las solicitudes de crédito de las pequeñas empresas en particular?
La finalidad de los préstamos y la viabilidad económica, social y medioambiental son muy importantes para el sector de las PYME, así como el impacto de la financiación.
¿Qué dificultades tienen sus clientes (especialmente las pequeñas empresas) para informar sobre cuestiones de sostenibilidad y qué se puede hacer para superar esas barreras?
La mayoría de las PYME no tienen colaboradores que sepan lo que deben considerar para informar sobre la sostenibilidad, y no tienen dinero para contratar servicios externos. Además, en el caso de las empresas pequeñas, a veces se establecen KPIs que no tienen sentido para ellas.
¿Qué beneficios ve en el desarrollo de los Estándares Europeos de Información sobre Sostenibilidad?
Las empresas proporcionarán la misma información, por lo que para las partes interesadas será más fácil comparar sus informes. Las empresas competirán informando sobre los mismos criterios y midiendo con la misma metodología.
La investigación de la Alianza para la Transparencia Corporativa (ACT) ha demostrado que a las empresas les resulta más difícil traducir en objetivos concretos, sus riesgos e impactos sobre las personas y el planeta. ¿Está usted de acuerdo en que esto debería abordarse en la reforma de la Directiva? ¿Cómo se puede conseguir?
En mi opinión, lo más difícil es saber identificar qué riesgos ASG hay que tener en cuenta. Incluso una vez detectados, medirlos no es fácil porque no hay muchas metodologías, y las que hay no son sencillas. Los equipos que tienen esta función deben estar bien formados.
En cuanto al impacto, estamos en un momento en el que se está estudiando mucho al respecto. La buena noticia es que cada vez más gente se pregunta por el impacto de las inversiones y la financiación, y esto es algo que seguirá aumentando.
Se ha instado a que las empresas de propiedad extranjera que operan en el Mercado Común Europeo, y las más pequeñas de los sectores de alto riesgo, se sometan también a la nueva CSRD y los estándares. ¿Está de acuerdo? ¿Qué beneficios ve en términos de competencia y de su propia debida diligencia?
Estoy de acuerdo en términos generales porque favorece la igualdad de condiciones competitivas.
En cuanto a la diligencia debida, será más fácil solicitar los mismos criterios a todos nuestros proveedores, y fomentar así la transparencia en las cadenas de suministro.
Por último, ¿cómo cree que contribuirán la nueva CSRD y los Estándares Europeos de Información sobre Sostenibilidad a la transición hacia una economía sostenible en Europa y en el mundo?
Creo que estamos en el buen camino. Sin embargo, es importante que las empresas se comprometan de verdad con la sostenibilidad y sigan trabajando en ella y mejorando en este ámbito; las normas de sostenibilidad por sí solas no pueden ser la solución; el compromiso real de las distintas partes interesadas puede marcar la diferencia. Espero que tengamos criterios ESG estandarizados y, lo que es más importante, que el mercado siga impulsando la demanda de esta información y se dé cuenta de lo importante que es.